16/5/17

Obsesiones [16-5-17]


Obsesiones

La persona que se lava las manos treinta veces al día por miedo al contagio, que es incapaz de irse a dormir sin comprobar repetidamente si ha apagado las luces, que insiste una y otra vez en un mismo pensamiento y que comprueba hasta la extenuación que la puerta está bien cerrada por temor a que le ocurra algo ¿tiene algo diferente en su cerebro que explique este comportamiento? Un grupo de investigadores catalanes ha dado un gran paso en la respuesta a esta pregunta. Después de comparar con técnicas de resonancia magnética en tercera dimensión los cerebros de afectados por este trastorno y los de personas sanas han comprobado que los enfermos tienen regiones alteradas y hecho un mapa anatómico de las alteraciones, conocidas como trastornos obsesivos.

“Las obsesiones”, explica Julio Vallejo, uno de los investigadores, “las padecen todos los pacientes y suelen ser ideas reiterativas y negativas que se impone el sujeto en contra de su voluntad y que reconoce como extrañas. El cincuenta por ciento de los pacientes tienen además compulsiones”.

La investigación demuestra que “en el trastorno obsesivo hay anomalías anatómicas y no es una patología de origen psicológico, por conflictos en la infancia, como se creía hasta hace unos años”, explica Vallejo.

Jesús Pujol y Carles Soriano, investigadores también, destacan que las alteraciones no se ven a simple vista en una resonancia magnética, sino mediante unos métodos de análisis con sistemas informáticos, que son los que dan las diferencias. “Marcamos múltiples puntos en el cerebro y aplicamos modelos estadísticos y matemáticos. Así obtenemos datos objetivos del cerebro mediante una resonancia magnética tridimensional, que abre muchas vías de investigación que facilitan un mayor conocimiento”, dice Pujol.
 

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