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Trastorno bipolar: Grave enfermedad mental que pone en riesgo la vida

escrito por Jhoana Suarez/DLA Táchira

lunes, 26 de abril de 2010

El trastorno bipolar, si no es tratado, podría terminar en suicidio. El paciente que presenta personalidad bipolar salta de la euforia a la depresión, o viceversa, tan rápido que es esto lo que lo caracteriza

El trastorno afectivo bipolar (TAB), también conocido popularmente como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva, es un trastorno del estado de ánimo. El afectado oscila entre la alegría y la tristeza de una manera mucho más marcada que las personas que no padecen esta patología, atravesando períodos repetitivos de depresión (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas).

La enfermedad afecta por igual a hombres y mujeres y generalmente aparece entre los 15 y 35 años, y se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que han padecido este trastorno.

Uno de los problemas más severos de esta enfermedad es el alto riesgo de suicidio existente en cualquiera de las dos fases, lo que puede empeorar si el enfermo abusa del alcohol u otras sustancias adictivas. Por lo que se debe buscar ayuda médica inmediata cuando un enfermo manifiesta su deseo de suicidarse o habla de muerte, presenta síntomas severos de depresión o manía y ya se le ha diagnosticado trastorno bipolar.

Esta enfermedad mental impide un equilibrio adecuado del estado de ánimo entre los dos polos emocionales, por eso se llama bipolar. Uno de ellos es la depresión o tristeza; y el otro es la manía, excitabilidad o euforia, y cuando hay una fluctuación rápida de un estado de ánimo o de un polo hacia otro polo, se presenta un trastorno bipolar.

Su expresión en el cerebro se produce en forma de un desequilibrio electroquímico en los neurotransmisores. Tiene tratamiento, de ahí la gran importancia de que el diagnóstico del afectado sea correcto. A pesar de ser considerado un trastorno crónico, una atención integral que aborde todos los aspectos implicados: biológicos, psicológicos y sociales, puede conseguir la remisión total de las crisis.

Terapias

La terapia farmacológica personalizada, especialmente durante las fases de desequilibrio, es otra de las claves. Benzodiazepinas, antipsicóticos y estabilizadores del ánimo son los fármacos más utilizados. En cuanto al aspecto social, se debe buscar la plena integración en el entorno. Para ello es condición prioritaria la 'normalización' de éste y los demás trastornos mentales. La erradicación del estigma, de los estereotipos, prejuicios y rechazos con que se carga a las personas que padecen problemas mentales, es el mejor instrumento para que la propia persona afectada reduzca sus niveles de estrés social, que en muchas ocasiones son los que le provocan los cambios de humor extremos.

Los patrones de cambios del estado de ánimo pueden ser cíclicos, comenzando a menudo con una manía que termina en una depresión profunda. En ocasiones pueden predominar los episodios maníacos o los depresivos. Algunos de estos trastornos se denominan 'de ciclado rápido' porque el estado de ánimo puede cambiar varias veces en un período muy breve de tiempo. Otras veces se presenta el llamado "estado mixto", en el que los pensamientos depresivos pueden aparecer en un episodio de manía o viceversa.

Cuando el trastorno afectivo bipolar se presenta en niños, generalmente aparece en su forma mixta. Los síntomas maníacos y depresivos se pueden dar simultáneamente o en una sucesión rápida en la denominada fase mixta.

Fase depresiva

Durante la fase depresiva el paciente puede presentar pérdida de la autoestima, desánimos continuos, ensimismamiento, sentimientos de desesperanza o minusvalía, sentimientos de culpabilidad excesivos o inapropiados. Fatiga (cansancio o aburrimiento) que dura semanas o meses. Lentitud exagerada (inercia). Somnolencia diurna persistente. Insomnio. Problemas de concentración, fácil distracción por sucesos sin trascendencia. Dificultad para tomar decisiones y confusión general enfermiza, ejemplos: deciden un cambio repentino de empleo, una mudanza, o abandonar a las personas que más aman como puede ser una pareja o un familiar (cuando el paciente es tratado a tiempo deja de lado las situaciones "alocadas" y regresa a la vida real, para recuperar sus afectos y su vida). Pérdida del apetito. Pérdida involuntaria de peso. Pensamientos anormales sobre la muerte. Pensamientos sobre el suicidio, planificación de suicidio o intentos de suicidio. Disminución del interés en las actividades diarias. Disminución del placer producido por las actividades cotidianas.

Fase maníaca

En la fase maníaca se pueden presentar: Exaltación del estado de ánimo, aumento de las actividades orientadas hacia metas (delirios de grandeza, creencias falsas en habilidades especiales).Ideas fugaces o pensamiento acelerada. Enfadarse por cualquier cosa. Autoestima alta. Menor necesidad de dormir. Agitación. Logorrea (hablar más de lo usual o tener la necesidad de continuar hablando). Incremento en la actividad involuntaria (es decir, caminar de un lado a otro, torcer las manos). Inquietud excesiva.

Aumento involuntario del peso. Bajo control del temperamento. Patrón de comportamiento irresponsable. Hostilidad. Aumento en la actividad dirigida al plano social o sexual. Compromiso excesivo y dañino en actividades placenteras que tienen un gran potencial de producir consecuencias dolorosas (andar en juergas, tener múltiples compañeros sexuales, consumir alcohol y otras drogas). Creencias falsas (delirios). Alucinaciones.

Hay variaciones de este trastorno. Los estados de ánimo cambian rápidamente (en un año se pueden manifestar entre 4 o más cambios de ánimo) como también pueden cambiar lentamente. Una vez estabilizado, el paciente se reencuentra con su vida social, laboral, e incluso afectiva, evitando escaparse de sí mismo y de su entorno, para así estar en convivencia con su pareja, amigos y familiares.

Paranoico

El bipolar "paranoide" con delirios de (persecución), por lo general piensan que todos están en su contra o no responden a sus exigencias, así también creen que quieren coartar sus proyectos por envidia, maldad, o interferencia. En términos psiquiátricos, esto se llama ciclos rápidos o acelerados y ciclos lentos, respectivamente. Los ciclos ultrarrápidos, en donde el ánimo cambia varias veces a la semana (o incluso en un día), suelen ocurrir en casos aislados, pero es ciertamente una variable real del trastorno. Estos patrones de cambios de ánimo son asociados con ansiedad y altos riesgos de suicidios.

diariodelosandes.com

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